miércoles, 23 de septiembre de 2009

Política exterior de Obama

Política exterior de Obama


El conjunto de sucesos internacionales en torno a Estados Unidos y su presidente Barack Obama, conforma una coyuntura especial de la que muchos analistas infieren la declinación del poderío político otrora hegemónico en el mundo en desarrollo.

Una serie de derrotas en un sentido moral pone en el centro de la atención la pérdida de influencia en zonas en las que hasta hace muy poco tiempo los gobiernos habían sido obligados a obedecer las políticas económicas, militares y comerciales.

En estos últimos días varios de los frentes de EEUU –que los tiene en todo el mundo y en varios ámbitos- han mostrado fortalezas inéditas desde la posguerra.

El terrorismo ruso-iraní

Un primer ejemplo es la decisión de Obama de desistir en la construcción de una serie de plataformas de defensa antiaérea en el este de Europa, cubierta bajo el discurso de defender el continente de un posible ataque nuclear iraní, pero que simultáneamente ponía un límite a Rusia justo en su frontera con estos países, por ejemplo la República Checa y Polonia.

McCain y el grupo de conservadores republicanos pusieron el grito en el cielo calificando la medida como un error, evidenciando las diferencias reales entre los extremistas de derecha y el centro político que representa Obama y algunos demócratas, según Noam Chomsky en reciente entrevista en Venezuela con Eva Golinger. Los conservadores siguen acusado a Rusia por el conflicto que tuvo con Georgia (financiado por McCain) y Ucrania (quien había dejado de pagar el monopólico suministro de gas ruso).

Durante meses, este proyecto de implantar una defensa aérea en Europa del Este había generado conflictos internacionales, ya que Rusia naturalmente se sentía amenazada y los iraníes habían tratado de demostrar que sus avances nucleares sólo intentan la generación de energía eléctrica a bajo costo y gran capacidad. Por todo lo anterior, parece un buen avance el que Obama desista de este plan, pero tampoco era muy razonable que lo continuara dadas las condiciones en las que no existía realmente un enemigo claramente identificado del cual defenderse.

El terrorismo sudamericano

Obama declinó la guerra del terror en Medio Oriente y Europa oriental, pero decidió simultáneamente empezar o reconfigurar la estrategia “antiterrorista” en América Latina. La cuarta flota militar creada para controlar América Latina y el Caribe, había sido desmantelada en los años cincuenta, cuando ésta era innecesaria debido a los controles políticos bien engrasados que habían impuesto el modelo de las repúblicas bananeras en la región.

Después de la segunda guerra mundial, EEUU, era capaz de crear golpes de Estado no sólo en un país, sino en toda la región con tal de imponer las políticas necesarias para imponer un sistema económico internacional. Sólo en este siglo hemos visto ya el golpe de Estado en Venezuela que sacó del país a Hugo Chávez, pero fue revertido por el pueblo y una facción militar nacionalista; el golpe en Haití y recientemente el golpe en honduras que derrocó al presidente electo Zelaya.

Este último golpe nos trae al momento presente, en el que Obama no puede apoyar abiertamente la operación política que en cambio, grupos conservadores de su país apoyaron al mismo tiempo que el FMI con préstamos que han sostenido al gobierno de Micheletti.

Además de no poder apoyar abiertamente al golpismo hondureño a pesar de estar de acuerdo en sus metas antichavistas, lo cual es ya un cambio sustancial, otra diferencia con el pasado, es que la integración latinoamericana en la UNASUR y la ALBA, ya no permite los derrocamientos en serie que en otro momento hubiera utilizado la Casa Blanca para detener estos malos ejemplos nacionalistas desobedientes y rebeldes.

En este momento podemos leer las amenazas de Álvaro Uribe de abandonar la UNASUR si no se apoya la guerra contra el terrorismo de EEUU, como un intento de dividir a los presidentes de la UNASUR, al mismo tiempo que es un intento de la política exterior norteamericana para deslegitimar la Unión de Naciones Sudamericanas. No es descabellado lo anterior, ya que simultáneamente, Colombia es la mayor avanzada militar en el continente y tiene capacidad para intentar combates en toda la región.

El terrorismo cubano

Hablar sobre terrorismo cubano es peligroso, si seguimos a Chomsky, en su libro Piratas y emperadores, podemos encontrar una luz. El término terrorista tiene varias acepciones dependiendo de quien use la palabra. Para la mayoría de nosotros, el terrorista es aquel que usando medios violentos trata de aterrorizar a la sociedad con fines políticos o sin ellos.

Para la Casa Blanca, el término no tiene una definición en especial significa lo anterior cuando conviene, pero cuando no, esta palabra puede usarse indiscriminadamente contra los enemigos de los EEUU.

En el terrorismo cubano encontramos muchos ejemplos. El primero de ellos, es el intento recurrente de asesinar a Fidel Castro, llevado a cabo por Nixon, Kennedy, etc. En segundo lugar, el bloqueo económico a Cuba, con la intención de castigar a los habitantes cubanos por haber apoyado la revolución y para que los mismos habitantes derrocaran al gobierno. En tercer lugar los golpeteos paralelos al bloqueo, en los que los Estados Unidos, lo mismo rociaron campos de cultivo con sustancias químicas con el fin de aterrorizar y desnutrir a la población, que mandaron señales de radio para intervenir frecuencias y tratar de imponer valores y verdades en la población cubana.

En el pasado se ha protegido y entrenado terroristas como Luis Posada Carriles, quien a pesar de haber detonado una bomba en un avión, ha sido protegido por EEUU y se incorporó a la CIA. Asismismo, han sido calificados de terroristas los llamados Cuban Five, cinco cubanos que se infiltraron en grupos cubanoamericanos financiados por la NED (fundación nacional para la democracia) y que por este método detuvieron ataques terroristas en sus país, por lo cual han sido encarcelados en EUU.

La prolongación del bloqueo infundado y criminal hacia Cuba por un año más, deja ver que la política exterior hacia América Latina se caracterizará por presionar por todos los medios a los países que pugnan por su independencia real. La razón por la que la Casa Blanca contesta con avanzadas militares y mayor estrangulamiento económico se debe a que considera a nuestra región como un punto estratégico. Una vieja idea de la política exterior norteamericana, citada por Chomsky en su reciente conferencia magistral en la UNAM, pone en claro la situación: los EEUU afirman que una derrota en “su” hemisferio, significaría que no podrían imponer su voluntad en otras latitudes, sería un golpe para su reputación.

En conclusión, la política exterior de Obama sólo ha cambiado en la retórica, en el discurso agresivo que abandona el demócrata en contraste con las tendencias ultraderechistas de Bush. Estas agresiones verbales son sustituidas por una retórica de cambio y paz, pero los contenidos son los mismos. Según la entrevista que Chomsky dio en Venezuela antes de venir a nuestro país, la retórica amistosa de Obama funcionó en Europa e incluso en Medio Oriente, pero no en América Latina, donde hay una resistencia real al imperio.

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