Publicado en http://www.escrutinio.com.mx/page4.php
Omar Granados
I. ¿Qué se aprobó?
Durante los últimos cinco sexenios, el proyecto gubernamental ha sido el mismo: reformar el Estado de bienestar emanado de la Revolución Mexicana para convertirlo en un nuevo capitalismo ortodoxo, puro o salvaje. Es decir, la libre empresa, el libre mercado y toda esta ingeniería social que ha sido llamada neoliberalismo, consenso de Washington y en México más específicamente, Reformas del Estado o Modernización.
Las iniciativas de Calderón y de Beltrones seguían esta línea impuesta al Tercer Mundo por medio de instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), entre otros. Sin embargo, la protesta dirigida por AMLO y el debate que se consiguió a través de la misma, obligaron a las facciones del PRI y de AN en el legislativo a ceder para que el Estado mantuviera la propiedad sobre el hidrocarburo. Aún así, quien realmente logró lo que quería fue el PRIAN, ya que con estos cambios sigue abierta la posibilidad para que los nuevos contratos, tan necesarios para explotar cualquier yacimiento, puedan darse sin ningún tipo de control ciudadano más que el de la transparencia sin facultades. Es decir, la adjudicación y las modalidades de contratos para PEMEX y privados permitirán cualquier tipo de arreglo sin importar lo que diga la constitución o cualquier opositor que defienda a la misma.
Por su parte, el grupo obradorista no consiguió una resolución frente a las contradicciones entre la Constitución y las leyes secundarias cuando es éste el dilema que realmente ha permitido la privatización parcial y paulatina del sector energético en general. Con el candado de 12 palabras exigido por el sector del FAP cercano a AMLO, se solucionaba una parte mayor del intento privatizador ya que a PEMEX se le prohibía darle exclusividades a cualquier empresa. Para dar un ejemplo de por qué es necesario ésta restricción, mientras la constitución prohíbe la entrada de inversión privada en el sector petrolero, gente como la familia Hank, el secretario de gobernación y su papá (extranjero) pueden operar en explotación y transporte de petróleo. De la misma forma, muchas empresas generan y venden energía eléctrica a otras con severas pérdidas para la CFE. Hasta que no se aclare este dilema de fondo, no se podrá hacer del sector energético nacional un referente de independencia y desarrollo reales. Para poder solucionar esto, es necesario decidir qué rumbo tomar y el esquema “contrato por contrato” que se aprobó no da un rumbo definido a la industria energética nacional.
Nueva Izquierda (NI) funcionó como un partido satélite cualquiera al aprobar sin cambios esta reforma, a pesar de que contenía detalles que echaban todo abajo. Parecería una victoria obradorista, pero detalles de la nueva ley de PEMEX dejan un resquicio legal por el cual podría permitirse cualquier tipo de contratos, incluso por adjudicaciones directas e invitaciones por parte del ejecutivo. Además, la empresa gana autonomía en su funcionamiento (en teoría), pero la dirigencia de PEMEX y las nuevas Comisiones que controlarán lo relativo a los energéticos seguirán siendo impuestos por el presidente y ratificados por el PRIAN en el Congreso.
Además de lo anterior, destacan otros dos puntos que en especial preocupan a algunos expertos. En primer lugar está el cambio en los términos con los que la ley se refiere a la industria nuclear y en este caso también se pretende una privatización de aquella industria mexicana, aunque aún es opaco lo que sucederá en este ámbito. En segundo lugar, el caso de los bonos, que resultó ser sólo una forma diferente de capitalizar a la paraestatal con inversores privados, que además recibirán beneficios especiales de PEMEX de los cuales no participarán la mayoría de la población que no tiene posibilidades de inversión.
Por lo tanto, la reforma ha sido una victoria “pírrica” para ambos bandos: neoliberales y antineoliberales se quedaron ante un especie de impasse o empate, en el que no ganan ni pierden y la lucha continuará contrato por contrato. En lugar de lograr una resolución a la pugna, se prolonga la decisión, haciendo que el bando obradorista tenga que estar pendiente, revisando cada contrato y obligando al gobierno a la creación detallada de contratos, que permitan otorgar beneficios escondidos o maquillados a las empresas petroleras multinacionales.
II. ¿Cómo se aprobó? Del PRIAN al PRIAN-NI
No podemos ignorar la forma en la que trabajan las petroleras privadas en el Tercer Mundo, ya que los contratos de riesgos que se han cabildeado aquí y en muchos países, son originados por las petroleras y firmados como iniciativa por los partidos políticos con representación importante en el legislativo. El Presidente (al menos en teoría) rinde cuentas al Congreso cada año, pero el Senado y los Diputados no rinden cuentas con la población, más que con las elecciones cada tres años y en campaña (como comprobó el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal recientemente) todos se dedican a mentir -incluidos Fox, el PRIAN y los empresarios- y a prometer, dificultando el proceso para que la gente no escoja la mejor opción, sino la más bonita o impresionante (siempre fabricadas con dinero público que acaba en las arcas de los medios).
Después de presenciar la exhibición de las fuerzas políticas en el Congreso mexicano, encontramos que la aprobación (supuestamente) consensuada de los cambios legislativos, ha sido producto de un pequeño cambio en la tradicional hegemonía en manos del PRI y AN: El PRD ha sido controlado por NI y trabajó en forma similar al PVEM, al PANAL y a otros partidos satélites del pasado. NI estuvo de acuerdo con el proceso y seguramente encontrará recompensas. Tal vez sería muy obvio si Jesús Ortega (líder de NI) obtiene la presidencia del PRD, pero podría lograrlo, o al menos mantener el control del partido hasta después de las elecciones de 2009 (a través de Acosta Naranjo) controlando así todas las candidaturas.
Las diferencias entre estos grupos motivaron una discordancia en torno a lo votado en las cámaras, ya que el grupo de AMLO al interior del partido, así como el PT y Convergencia, no estuvieron de acuerdo con las iniciativas aprobadas -en especial con la nueva ley de PEMEX, uno de las siete cambios aprobados- mientras que los chuchos legitimaron y facilitaron todo el trámite.
Cabe mencionar que el PRD ha cometido varios errores similares en el pasado, por ejemplo, la aprobación de la Ley Televisa o la (contra) reforma indígena, todo lo cual constituye un motivo más para revisar su actuación como opositor a la política neoliberal. La nueva anatomía de los partidos políticos ha dejado atrás por la vía institucional al sector más crítico de la política actual: el ex-candidato a la presidencia por el PRD ha sido relegado por la nueva dirección de su partido, emanada de las elecciones internas más criticadas que hayamos presenciado.
Después de golpear al PRD durante meses, justamente debido a las elecciones internas, ahora PAN y PRI se desentienden de aquellos ataques y hacen de NI el patrón a seguir para los integrantes de la oposición legislativa: ceder en las críticas al plan gubernamental a cambio de incentivos, reconocimientos y, probablemente, ayuda en contra del sector más progresista (similar terapia aplicaron los últimos presidentes priístas a las corrientes progresistas del PRI y de AN antes de dejar el poder en el control de éste último partido). La intención es depurarlos y dejar en los partidos en el Congreso la mayor cantidad de simpatizantes del proyecto gubernamental. Así nació el PRIAN y ahora bien podría convertirse en el PRIANNI.
III. Los medios de comunicación y las reacciones frente a la reforma.
A su vez, el comportamiento de los medios de comunicación en general, ha sido un obstáculo para la concientización de la sociedad, el apoyo sin crítica que el oligopolio de los medios electrónicos viene dando al plan energético, coincide con el apoyo que dieron al plan neoliberal-priísta desde el principio: Azcárraga III, Salinas Pliego (primo del ex-presidente) y los nuevos dueños de unos cuantos consorcios de radio que se han visto beneficiados por el poder, son soldados del PRIAN como lo fue el tigre Azcárraga del PRI. Ni un ápice ha cambiado el manejo mediático y sus arreglos con el poder en estos años de la llamada “transición democrática”.
Aunado a lo anterior, hay que comprender que a) Televisa y otros consorcios mediáticos son esencialmente empresas trasnacionales con fines de lucro y b) que estas leyes neoliberales no sólo le dan libertad de entrar a nuevas áreas de negocios y ampliar sus fortunas, sino que crean un conflicto de interés ya que al ser “parte” en esas decisiones (al ser beneficiadas por el sistema económico) son también “jueces” frente a la gente por medio de los noticieros del horario estelar.
Recientemente trascendió una entrevista con Noam Chomsky donde destacaba el hecho de que los medios de comunicación venden a la gente en forma de auditorio y quienes compran el tiempo aire (políticos y empresarios) están buscando el acceso a nuestra atención directamente, cada vez de más formas y más cotidianamente (prime time y altos ratings es lo que ofrece por ejemplo, el Canal de las Estrellas a todas las empresas que lo puedan pagar). .
IV. Escenarios.
Debido a los crecientes problemas en el PRD y a la aparente desventaja de AMLO dentro del partido, sería posible que éste rompiera finalmente y 1) se repliegue al PT y a Convergencia, 2) funde un nuevo partido para desligarse de la nueva mafia partidista encumbrada en el sol azteca o 3) continuar una lucha por fuera de los partidos políticos, aunque esto último no es tan probable.
AMLO debe deslindarse de los chuchos después de la actuación de esta facción en el legislativo y en las elecciones internas, a menos que quiera dar mensajes confusos a los electores hacia 2009 y perder la influencia que en el Congreso le ayudó a protestar y por medio de la cual negoció dentro de la Cámara de Diputados. Aún así, (parcialmente) perdió con esta reforma y hay que revisar los alcances de los acuerdos legislativos pactados con los partidos tradicionales (PRIAN-NI ahora).
En relación a lo que seguirá sucediendo, como se mencionó, habrá una refuncionalización del movimiento de AMLO al entrar a su nueva etapa de impugnación a las leyes y contratos petroleros, con el que también ha apelado a un plan para defender la economía familiar en momentos donde se teme por una crisis económica y financiera. Por otra parte, podría entrar en un conflicto final por el PRD contra los chuchos. En este conflicto el PRIAN podría ayudar a definir la dirigencia local y nacional en manos de los chuchos, debido a los alcances del pacto entre el PRIAN y NI. Todo parece indicar que el partido seguirá en manos de NI y esto impondrá al movimiento de AMLO la cuestión sobre cuál camino tomar y, aunque es difícil de vislumbrar la respuesta en esta coyuntura, AMLO debería estar pensando en cómo ganar escaños en 2009 como lo hacen todos los demás, incluidos los chuchos, que le pelearán todas las candidaturas con la presidencia del partido en su poder. Pensando esto, debe encontrar una solución para llevar candidatos auténticos a la próxima legislatura o seguirá aportando los votos de sus simpatizantes a candidatos de NI a través del PRD a lo largo del país y sin lograr la mayoría necesaria para realizar un cambio legislativo serio.
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