20 de enero de 2009
Omar Granados
Cuando George W. Bush inició la que los propios ciudadanos estadounidenses consideran como la peor administración de su historia, ya se esbozaba una incipiente pero anunciada recesión económica. Las “soluciones” a dicha recesión, instrumentadas tanto por el gobierno de Bush, como por Alan Greenspan desde la banca central de los EEUU, provocaron un auge de crédito y de consumo en el vecino país del norte que terminó en una dolorosa resaca que atormenta a consumidores, deudores. prestamistas, empresarios, políticos, y, que a partir de hoy recae en la figura de Barack Obama.
El escenario económico actual es producto de lo que algunos han denominado como economía casino, la cual se originó por factores diversos como: 1) Aquella primera recesión de 2001, 2) Una reforma legislativa previa que fue impulsada al final de la gestión Clinton y que permitió a las bancas de inversión y comercial la posibilidad de fusionarse o actuar en ambos mercados después de estar separadas por décadas. 3) El uso de paraísos fiscales en todo el mundo, 4) La manipulación de las tasas de interés, 5) El oneroso gasto militar, entre otros.
Todo lo anterior tenía el objetivo de evitar que la economía entrara en recesión, lamentablemente, la guerra contra el terrorismo y la crisis financiera sufrida desde el año pasado, exhibieron que el gasto militar y los fraudes financieros conformaron la fórmula sobre la cual, la economía estadounidense sustentó su crecimiento. Además, dado que la transparencia contable cayó en desuso, es muy difícil o incluso imposible, conocer exactamente todos los hechos que llevaron a EU -y a todo el mundo de alguna u otra forma- a la actual crisis de la “economía real”.
Por otra parte, lo que si es conocido es que el resultado destructivo de los millones invertidos en armamento, y los “errores” económicos bushianos, provocaron que los cambios en el panorama económico e internacional se convirtieran en las principales expectativas de quienes eligieron al primer presidente afroamericano de los EEUU. El contexto indica que hay señales alarmantes de que la crisis economica será profunda y los focos rojos que enfrentará el próximo presidente demócrata tienen lugar en diferentes ámbitos que se enumeran a continuación.
1) Saldo de la crisis financiera en Enero 2009.
La quiebra de bancos y empresas es una de las principales consecuencias inmediatas del caos financiero, en primer lugar porque los grandes bancos son los mas endeudados con derivados “basura” y también debido a que varias empresas e inversionistas perdieron su capacidad de inversión debido al bajo consumo y a los diversos fraudes con bonos y derivados.
El fenómeno de las quiebras afecta a diversas industrias en todo el mundo sólo en lo que va del año trascendió, por ejemplo, que Toyota tiene paros técnicos en Japón después de trece años; Chrysler pide prestamos por más de mil millones de dólares, General Motors enfrenta bajas preocupantes en las ventas; General Electric Capital recortará 11 mil empleos; El New York Times recurre a un rescate millonario de Carlos Slim para mantener su edición. La estadounidense Circuit City Stores anunció que cerrará sus 567 tiendas; a su vez, trascendió también que el mundo árabe, primordialmente petrolero, perdió $2.5 billones por la crisis económica y que Madoff pudo ampliar su fraude en toda Europa con consecuencias aun desconocidas; cifras de este tipo podrían continuar fluyendo conforme se investigue.
Entre los bancos, Citigroup, por ejemplo, se dividirá para separar y aislar activos tóxicos (aunque conservará la alcancía que es Banamex); La Fed compró mil 940 mdd en acciones de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac; El Bank of America reportó su primera pérdida en 17 años a pesar de recibir ayuda estatal para la absorción de Merrill Lynch, que perdió 15 mil 310 millones de dólares octubre a diciembre pasados. Además de lo anterior, los créditos al consumo en Estados Unidos cayeron en noviembre 3.7 por ciento en relación al año anterior, la caída más fuerte en más de diez años. El total de los créditos al consumo alcanzó 2,57 billones de dólares a fines de noviembre, una baja de 8 mil millones de dólares que es la caída más grande registrada.
En espera de mejorar las condiciones, el Departamento del Tesoro dio 15 mil millones de dólares adicionales a siete bancos en la ronda más reciente de pagos del plan de rescate financiero y aún así, los prestamos bancarios a consumidores y productores han caído en promedio 2.6% provocando que se ponga en riesgo el crecimiento y el consumo interno. En esta situación EEUU, junto con todo el G7, ha sacrificado el nivel de sus reservas internacionales y se ha endeudado más para paliar la crisis, perdiendo la batalla con China, India, Brasil, Rusia y Japón (entre otros) en este terreno.
Para situar el problema financiero muestro unas cifras proporcionadas por Alfredo Jalife Rahme:15 billones (millones de millones) de dólares equivalen al total del dinero en EUA; a $50 billones asciende el Producto Interno Bruto global en un año; $100 billones es igual al valor total de las bolsas y los bonos del mundo; y $516 billones (¡!) representan el total de los derivados financieros creados a partir de las desregulaciones de hace una década. Lo anterior quiere decir que los derivados que han generado la crisis financiera podrían representar una impagable e imprestable cantidad que representa mas de 800% del PIB global.
Por su parte el paquete anticrisis de Obama representa entre 700 y 800 mil millones de dólares ($0.8 billones), por lo cual el presidente desde hoy en funciones aceptó en días recientes que el plan resulta insuficiente, e incluso el mismo día de su toma de posesión, las bolsas del mundo caen mostrando la desconfianza de los inversionistas, quienes prevén que la crisis dure hasta una década.
2) La economía real
En el año que inicia se espera que el desempleo en EEUU siga subiendo a partir de los once millones que ya están en esta condición y sin saber en qué punto dejaría de crecer la desocupación. A su vez, se prevé un desplome de entre 1 y 5% en 2009 después de un 4% en diciembre de 2008. Estos datos se suman al hecho de que el PIB del país vecino, sólo creció 2% anual con Bush (16% en toda la gestión, lo que equivale a la mitad de desempeño en la época Clinton), cuando el desempleo lo hizo en 35%.
Por otra parte, el volumen de la producción fue equivalente al registrado en el verano de 2004, lo que representa una regresión cuatro años y medio, al mismo tiempo que equivale a una caída de 8% en el total producido en un año, cosa que no sucedía hace 33 años. Asimismo la capacidad productiva utilizada, cayó a 73.6 por ciento, cuando en sus mejores tiempos era de casi 90 por ciento (entre 1968 y 1973). En los años 80 era de 80% aunque en a crisis de 1982 cayó a 72%, para después alcanzar en los inviernos de 1995 y 1997, hasta 85%.
Aunado a lo anterior, la deuda de EEUU (9.65 billones de dólares y alrededor de 75% del PIB, la mayor proporción desde el fin de la guerra de Corea en 1953) repartida entre la cantidad de hogares (formados en promedio por tres personas) ascendía a medio millón de dólares en 2001 y ahora al doble ($1 millón), a pesar de que cada hogar tiene un ingreso en promedio 50mil dólares al año (en comparación en México cada hogar debe 70 mil dólares). Así el primer imperio deudor de la historia, es el país con mayor déficit, al mismo tiempo que tres mil millones de dólares se transfieren al día a EU desde todo el mundo, un imperio parasitario como describe Jalife Rahme.
3) El panorama internacional
Una de las características primordiales del sistema internacional heredado por Obama, tanto en lo político como en lo económico, es que una creciente multipolaridad sustituye a las decisiones unilaterales que practicó EEUU durante el siglo XX. Esto implica que cada vez más, las diferentes pugnas comerciales, financieras, militares y diplomáticas han dejado de resolverse como lo desearía el inquilino en turno de la Casa Blanca para empezar a favorecer a una oposición mundial que parece unificarse. Países como China, India, Rusia, Irán, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, dentro de una larga lista, han empezado a presionar más por sus propios intereses por diferentes medios.
Como ejemplos de esto pueden tomarse la unificación de Sudamérica con una mayoría abrumadora de mandatarios en contra de las políticas neoliberales, los ejercicios militares conjuntos entre China y Rusia, y Rusia y Venezuela, los convenios comerciales latinoamericanos que rompen de facto el bloqueo a Cuba, la pérdida de credibilidad (e importancia) del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, , etc.
En suma, todo el contexto y el arribo de Obama provocan las expectativas del mundo: el hombre que prometió dialogar con Chávez y Amadinejad, cambiar los metodos violentos por diplomacia, resolver la crisis en favor de los ciudadanos y no de las empresas;y que parecía lejano a los intereses enquistados en Washington, finalmente entra en acción.
El sistema internacional que necesita nuevas reglas, más igualitarias y logradas de forma pacífica, requiere de políticas que vayan en sentido contrario de las que EEUU ha instrumentado por más de un siglo contra los países del Tercer Mundo. Por lo tanto, las esperanzas de todas las latitudes están púestas en el gran cambio prometido, aunque hay que tener los pies en la tierra. Obama debe tomar en cuenta que mientras las dificultades se acumulan, el tiempo se acaba.